Nefasto invierno el del 2008 en nuestras latitudes. Supongo que pasará a la historia. Es obligado desplazarnos hasta los Alpes en busca de algo donde pinchar con nuestros piolets. Con Vidal Riaño pruebo suerte en una de las zonas que normalmente frecuento y que es poco conocida en España. Se trata del Valle de Peisey-Nancroix, En el Macizo de la Vanoise.
Debajo de la cara sur del Mont Pourri se extiende un importante zócalo tallado por la acción de antiguos glaciares del que se descuelgan un buen número de cascadas de entre 5 y 6+ de dificultad y un nivel de compromiso también alto (de IV a VI) dada la orientación. Algunas de estas cascadas se podían hacer a principios de enero, que es cuando hicimos nuestro viaje. En la vertiente opuesta, bajo la cara norte del Bellecote, se encuentran diseminadas unas pocas cascadas de un nivel de dificultad inferior (4 a 5) y menor compromiso al no estar tan expuestas a las avalanchas.
 Valle de Peisey- Nancroix. Cascadas del lado sur, bajo el Mont Purri
Es un día de climatología adversa, nieva y el viento sopla con fuerza en todo el valle. La elección es clara nos dirigimos a la gran clásica del valle: La Cascade du Mône. Una ruta abrigada del viento. Son 8 largos de cuerda de unos 35 metros de media cada uno que discurren por el fondo de un cañón bien encajonado justo en la base de la Cara Norte de la Sommet de Bellecote.
 En los primeros metros del tercer largo de la cascade du Mône
La temperatura de unos 14 bajo cero los días pasados ha subido hoy sensiblemente, pero el hielo sigue estando en aceptables condiciones. Largo a largo disfrutamos de una vía con pasajes técnicos de hasta 90º de verticalidad, pero con reuniones amplias donde relajar.
 A la izquierda: vista de los tres primeros largos de la Mône. A la derecha: en el tercer largo
El tercer largo es el más difícil (IV+) que dada la escasez de hielo y las condiciones actuales podría estar algo más difícil, pero lo pasamos sin mayores problemas. Vidal está alucinado, es la primera vez que hace una cascada de estas características y está feliz. Yo por mi parte también disfruto viéndole disfrutar a él. Es un de los tíos más simpáticos que conozco.
 A la izquieda: Vidal llega a la tercera reunión con su buen humor. A la derecha: el cuarto largo
Los tres primeros largos tienen las reuniones montadas para rapelar, pues como comenté antes se trata de un cañón que se hace también en verano bajo esta modalidad deportiva.
Las demás reuniones están tapadas y las montamos con tornillos y en alguno de los árboles que afloran.
 Hielo vítreo en el sexto largo, el final está cerca
La bajada es larga y penosa debido a la cantidad de nieve en polvo, que nos obliga a hacer una buena zanja para ir avanzando por un laberinto de canales de considerable pendiente en algunos tramos. Pronto alcanzamos la base de la pared y regresamos con nuestras mujeres, que han estado haciendo esquí de fondo mientras esperaban a sus zumbados maridos.
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