Tenemos un día perfecto, hace un par de noches ha caido nieve pero hoy hace sol y está totalmente despejado. Sobrepasamos el mar de nubes para llegar al Lago Enol, hacia la derecha tomamos la pista que lo bordea hasta que acaba en el inicio de la ruta.
Empezamos a patear, el paisaje se presenta precioso, un valle muy verde con Peña Santa de Enol nevada al fondo.
Atrás dejamos el inicio de la ruta, el manto de nubes y la cercana costa de Llanes.
 Vega la Piedra
Pasamos unas cabañas y seguimos por un sendero que atraviesa la Vega de Canraso y sube a la majada de la Rondiella para llegar al collado de La Gamonal, donde vemos el refugio de Vegarredonda.
 Refugio de Vegarredonda desde el Collado Gamonal
Parece inaccesible y lejano sin embargo en apenas 1 hora y media (a buen ritmo)lo dejamos atrás.
Seguimos el camino y ascendemos por la canal de Cuenye hasta el collado del Forcáu.
 Rebecos en el camino a Ordiales
Por el camino, siempre esquivos, nuestros colegas Rebecos. Agiles y huidizos hace ya un rato que nos controlan.
Llaneamos por los Campos de La Torga y desembocamos en las camperas de Ordiales, donde ya nos queda un último esfuerzo para llegar al cielo (El Mirador de Ordiales), sin duda una de las mejores vistas que he visto nunca.
 Las Praderías de Angón a vista de pájaro desde el Mirador de Ordiales
Ojala las fotos pudieran reflejar la realidad. Estar allí arriba es sin duda una experiencia como pocas. Vemos los valles de Amieva, el Pontón, la sierra de Sueve, incluso hasta el Aramo, también gran parte de la costa oriental asturiana y varios pueblos.
La bajada la hacemos, satisfechos, por el mismo camino. Muchos detalles, muchas fotos, muy buenos recuerdos. Sin duda una experiencia de las buenas.
 Caballos en Vegaredonda
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