Tiempo nefasto en esta Semana Santa del 2010. Estamos en casa sin saber bien que hacer y vemos que dan una ventana de buen tiempo para dos días, justo el lunes y el martes de después de las fiestas. Nos la vamos a jugar a una sola carta: viajaremos el sábado hasta Benasque para subir el domingo al refugio de La Renclusa y el lunes hacer el Aneto o la Maladeta, según pinte la cosa.
Hace más de cuarenta años que no vamos a Benasque y llevamos ya un tiempo pensando en volver para ver todos esos cambios que nos dicen que ha habido desde entonces. Además, esos fantásticos descensos en la vertiente norte de la Maladeta nos atraen desde hace años. También coincide que dentro de unos días voy a ir a intentar la Alta Ruta del Oberland Bernés con otros tres amigos, y subir ahora por encima de los tres mil metros no me vendrá mal.
Efectivamente, Benasque ha cambiado mucho desde la última vez que estuvimos aquí. Ahora es como un pequeño Chamonix del Pirineo. Mucho ambiente turístico y también alpino. El viaje ha sido largo, es tarde y después de una cena ligera nos vamos al “sobre”. Es agradable quedarse dormido con el arrullo de la lluvia sobre el techo de la “furgo”.
Por la mañana el tiempo sigue más bien malo: viento frío y lluvia a ratos. Arriba se ve muy cerrado y parece que nieva. Hacemos unos recados en Benasque y después de comer salimos para el Hospital de Benasque. En nuestros anteriores viajes (hace 40 años) este recorrido se hacia por una mala pista de tierra en la que se fundían las bielas. Ahora lo hacemos por una estupenda carretera.
Dejamos la furgoneta en el aparcamiento que hay bajo el Hospital y calzamos los esquís para foquear por las pistas de esquí de fondo hasta su final y luego subir al refugio de La Renclusa. Nieva a ratos y la visibilidad es casi nula, pero en menos de dos horas de tranquila ascensión llegamos al refugio.
 Subiendo a La Renclusa bajo la nevada
Habíamos quedado en levantarnos a las 6:30, pero nos quedamos dormidos y no estamos desayunando hasta las 8:00. Así que no empezamos a foquear antes de las 8:30. El tiempo es tan bueno como el anunciado por la meteo y todo el mundo está ya muy arriba. Tenemos la huella hecha y también estropeada por el paso de tres o cuatro montañeros que marchan sin esquís.
 Cuando salimos del refugio la gente esta ya muy arriba
Marchamos rápido y a la altura del Portillón Superior estamos detrás ya del pelotón que va hacia El Aneto. Nosotros seguimos directamente hacia arriba aprovechando otra huella mucho menos marcada que otro pequeño grupo va haciendo en dirección a La Maladeta. No teníamos claro si ir Al Aneto o a La Maladeta, pero a última hora sucumbimos ante la bajada más directa y prolongada de la Maladeta, dada la cantidad y calidad de la nieve que encontramos.
En menos de una hora superamos el glaciar y nos ponemos bajo la torre final del pico. Allí encontramos a unos cuantos grupos que sin hacer cumbre inician ya el descenso. Los montañeros que subían sin esquís están escalando ya el corto corredor que da acceso a la arista cimera y otros tres o cuatro esquiadores también están haciendo lo mismo. Despielamos los esquís tomamos un tentempié y unos sorbos de té caliente y para prolongar un poco más mi estancia en los tres mil me incorporo a la escalada yo también dejando a Pili descansando junto a los trastos de disfrutar.
 Superando el glaciar de La Maladeta. En rojo, el itinerario de subida a la cumbre
 En la cumbre de La Maladeta. El Aneto al fondo
El día es magnifico y la vista desde la cumbre no puede ser más espectacular. Al este, se ven los pequeños grupos de esquiadores que atraviesan el glaciar del Aneto, algunos llegando ya a la cumbre. El lago de Cregüeña totalmente helado al sur. Y al oeste, El Posets y otras altas cumbres igualmente revestidas de blanco.
 Preparados para el largo descenso, tras bajar de la cumbre
A eso de las 13:30 ya estamos listos para iniciar el largo descenso hasta los llanos del Hospital. Un descenso ¡¡apoteósico!! Una bonita capa de nieve en polvo ligera en la parte alta del glaciar y un poco más densa en el valle hace que gocemos a tope de esta magnifica bajada de unos 1600 metros de desnivel con nieve hasta el mismo aparcamiento.
 Tres momentos del grandioso descenso
|
