ARTICULO SOBRE ESQUI DE MONTAÑA

Título del articulo:
EL MONT BLANC CON ESQUIS
Macizo o zona:
-OTRAS CORDILLERAS-
Cumbre/sector:
MONT BLANC
Provincia/País:
ALPES FRANCESES
Fecha de la actividad:
7 Y 8 DE ABRIL DE 2011 
Autor del artículo:
ADRADOS
Desnivel de subida:
2.577 M
Desnivel de bajada:
2.577 M
Condiciones encontradas:
GLACIARES MUY ABIERTOS Y MALA CALIDAD DE NIEVE
Climatología encontrada:
BUEN TIEMPO, PERO CON MUCHO VIENTO EN LAS CIMAS
Participantes:
JAVIER PÉREZ, ANTONIO ROS, JOSÉ LUIS FDEZ VILLA, MARCOS ALONSO Y MIGUEL A ADRADOS
 
La tarde de día 13 de abril, después de bajar por el Mar de Hielo, cerrando así nuestro particular semi-circuito al Macizo del Mont Blanc, lo dedicamos al descanso y a reparar los frenos de los esquís de Antonio, que no quieren saltar cuando se sueltan de la bota. Logramos reparar uno de ellos, pero no así el otro, lo cual será dos días después la causa de un importante contratiempo durante el descenso del Mont Blanc.

El día 14 por la mañana ya estamos esperando la primera subida del teleférico de la Aguja del Midi para subir hasta el Plan de l’Aiguille. En este punto comenzamos la ascensión al Mont Blanc atravesando el pequeño glaciar des Pelerins para después de un largo flanqueo bajo la cara norte de la Aguja del Midi tomar pie en el Plan Glacier, en pleno Glaciar de Bossons. La Cascada de seracs de La Jonction es un auténtico caos. Grandes bloques de hielo en posición bastante inestable y numerosas grietas nos hacen dar algunos rodeos para alcanzar la larga pendiente que conduce a les Grands Mulets y al refugio que pronto aparece colgado en su aéreo emplazamiento.

Entre los seracs de la Jonction.



Saliendo de La Jonction.



Mientras secamos la ropa y las botas en la terraza vemos bajar por el glaciar a algunos de los esquiadores que hoy han alcanzado la cumbre del Mont Blanc peleándose con la nieve. Después de unos días de buen tiempo y calor la nieve está cada vez en peores condiciones.

La cena no está mal, pero el desayuno consiste en un café aguado y frio y unos trozos de pan duro que se niegan a entrarme por el gaznate. El té de marcha, que se supone debe estar caliente, también está frio. Es la primera vez que veo tal cosa en un refugio de los Alpes. Eso, unido a que no he pegado ojo en toda la noche a causa de los ronquidos de mis dos compañeros de cama (uno a cada lado), hace que salga del refugio a la 1:30 en un estado que podríamos calificar de lamentable (bueno, vamos a calificarlo de lamentable, sí). No llevo sobre-pantalón y debajo del gore tampoco llevo mucha ropa. Gran error (para mis años), porque cuando llegamos a la cabaña Vallot, al amanecer y bajo un fuertísimo viento, estoy tiritando de frio. Esta pequeña cabaña metálica está ahora en mucho mejor estado que la última vez que estuve en él, hará ahora 15 ó 16 años, pero aún así sigue siendo una nevera. De cualquier modo no me encuentro en condiciones de seguir hasta la cumbre. Necesitaría entrar en calor, pero no tenemos nada caliente para tomar y aunque me he puesto toda la ropa que llevo nada más llegar, sigo con la tiritera. Así que dejo que mis compañeros vayan a la cumbre sin mí, ya que esperar a que mejore mi estado térmico sería perder todos, la oportunidad de hacer cumbre, y para la mayoría de ello es la primera vez en el Mont Blanc.

La Cumbre del Mont Blanc desde la cabaña Valot.



Llegando a la cumbre del Mont Blanc.



Sobre la 11:00 ya están de vuelta y sin perder tiempo iniciamos el descenso, que se promete largo y complicado. En la subida atravesamos alguna zona de seracs y grietas que a la luz de las frontales , cuando subíamos, ya se adivinaban muy poco esquiable. Además, el estado de la nieve es cada vez más intratable. Después de atravesar el Grand Plateau y el Petit Plateau, este último sembrado de bloques de hielo producto de la caída de un inmenso serac que cuelga sobre él, encontramos la primera barrera de hielo, la cual tenemos que bajar con crampones y de cara a la pendiente. Más abajo, hay dos alternativas: bajar por donde hemos subido, en una zona de grandes grietas poco esquiable y amenazada por grandes seracs que a estas horas dan ya mucho miedo, o lo que parece ser la opción más popular a juzgar por las numerosas huellas de los que nos preceden y que conducen a ella. Esta segunda opción, que es la que tomamos, consiste en atravesar a la derecha hasta una fina arista de hielo con espectacular patio hacia ambos lados y un duro hielo negro que nos hace calzar de nuevo los crampones y que superamos en más de media hora. Este descenso del Mont Blanc con esquís (a la chepa) me está decepcionando. Tendremos que volver otra vez que haya mejores condiciones.

Esquiando en el Grand Plateau.



Descenso entre el Grand y el Petit Plateau.



Por debajo del Refugio de les Grands Mulets, descendemos la empinada pendiente en esquí típicamente defensivo y poco disfrutón para ganar La Jonction, en una zona de grandes torres de hielo, donde hay que descalzarse nuevamente los esquís. Es justamente aquí donde se desencadena la “tragedia”. Al quitarse Antonio sus esquís, uno de ellos sale pitando para abajo y se cuela en una grieta. Intentamos el rescate de la desafortunada tabla, pero estamos en una zona muy expuesta y la operación llevaría demasiado tiempo para hacerla con un mínimo de seguridad y además el tiempo que nos llevaría la operación nos pondría las cosas muy difíciles en lo que resta de bajada por el glaciar. Antonio mismo es quien decide que es mejor dar sepultura definitiva a su apreciado equipo y encordados, con él sin tablas a la cola de la cordada, continuamos el descenso hacia el Plan Glacier. Es ya muy tarde y el calor es sofocante. Los puentes de nieve aguantan nuestro peso con los esquís, pero Antonio se va colando cada poco en las grietas, con el consiguiente susto y el retraso en la marcha. La larga travesía bajo la Aguja del Midi se hace interminable. Decido hacerla sin esquís como él para turnarnos abriendo huella y Javi va delante con esquís pisando un poco el terreno. Aún así, a veces nos hundimos hasta la cintura. Consecuencia, perdemos la últimas cabina y tenemos que quedarnos a dormir en el refugio del Plan de la Aguja, sin comida y sin agua. De esta última nos proveemos tomándola del canalón que a estas horas 18:00 gotea fuertemente. Aún así, pasamos una buena noche, ya que el refugio tiene una zona abierta con mantas.

Al día siguiente tomamos el primer teleférico para abajo y hacemos una monumental comida-cena-desayuno (todo en uno) en Chamonix. Todos contentos y felices.
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