Atraidos por las primeras nieves que cayeron el pasado fin de semana, hemos hecho un hueco en nuestras agendas para acercarnos a la zona de las Ubiñas con la esperanza de poder entrar en contacto cuanto antes con los esquís de travesía que tantas satisfacciones nos dieron la pasada temporada.
A medida que nos aproximamos a San Emiliano, la vista de Ubiña nos permite apreciar que realmente no es mucha la nieve que hay. Seguramente mucha de la caida ha desaparecido, pues ha llovido y las temperaturas han subido bastante. Pero la ilusión nos puede, y nos dirigimos a Torrestío para ver si podemos sacar de la funda nuestros esquís y buscar alguna pala con algo de continuidad. Subimos en coche por la pista hacia el alto de la Farrapona, y ya en la propia pista en algún momento nos tenemos que bajar a empujar el coche que tiene problemas en algunos manchones de nieve de algún tramo a partir de los 1500 metros, aprox. aunque hay roderas de haber pasado un Quad. Dejamos el coche justo debajo del aparcamiento, pues hasta arriba no nos deja llegar la nieve.
Subiendo a Los Bigaros desde La Farrapona
En la cumbre todavía sin nieve La ascensión a los Bígaros desde el aparcamiento no reviste ninguna complicación. El único problema que encontramos es localizar la continuidad de la nieve que hay. En general nos encontramos con suficiente y en un estado muy aceptable, pues está bastante compactada. El ascenso hasta el collado lo hacemos separados de la arista que da vista al valle de Somiedo, pues el fuerte viento lo hace muy incómodo. Llegados al collado todavía podemos ascender un poco más antes de llegar a la arista final, donde dejamos nuestros esquís y continuamos por el cresterío hasta el buzón de cima de los Bígaros. Como nos queda algo de luz (hemos empezado a subir a las 4 de la tarde en el mes de noviembre y los días son tremendamente cortos), nos decidimos a continuar el cresterío hasta el Muñon.
Una actividad interesante para una tarde del mes de otoño que invitaba más a chocolate y chimenea, pero hemos vencido a nuestra pereza y nos hemos marcado inopinadamente la primera esquiada de la temporada. Ojala este invierno nos de tantas satisfacciones como el pasado. |