Título
del articulo: |
ESCALADAS EN LA VANOISE |
Macizo o zona: |
-OTRAS CORDILLERAS- |
Cumbre/sector:
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MACIZO DE LA VANOISE (ALPES FRANCESE) |
Provincia/País: |
FRANCIA |
Fecha de la actividad: |
ENTRE 1999 Y 2009 |
Autor del artículo: |
ADRADOS |
Participantes: |
ACTIVIDADES REALIZADAS POR EL AUTOR DEL ARTÍCULO EN LOS ÚLTIMOS DIEZ AÑOS CON DISTINTOS COMPAÑEROS: ELOY SANTÍN, MIGUEL ÁNGEL PÉREZ, JORGE MARQUÍNEZ, AUGUSTO RODRÍGUEZ, VIDAL RIAÑO, MIGUEL PITA, ANDRÉS BERGARA... |
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Desde hace años, siempre que en nuestra región alguien hablaba de ir a los Alpes todos entendía que se iba al Macizo del Mont Blanc, o más concretamente a Chamonix. Con el tiempo todos nos fuimos dando cuenta de que existían otros macizos igual de importantes o aún más: Valais, Oberland, Ecrins etc. Pero todavía hoy existen algunas zonas de los Alpes poco conocidas para los escaladores españoles. Uno de los macizos más ignorados, incluso por los mismos franceses es el de la Vanoise.
Durante mucho tiempo las cumbres de La Vanoise eran consideradas como “montañas de vacas”, un término muy utilizado en Francia para calificar a las montañas fáciles. Sin embargo, nada más lejos de la realidad en el caso de La Vanoise. Es cierto que se trata de valles y cumbres de relieve más suave que el de los otros macizos alpinos, más caracterizados por lo agreste de sus montañas y gran abundancia de glaciares. La Vanoise presenta una orografía ideal para el excursionismo de montaña, el esquí de travesía y también para practicar el esquí “fuera-pista”, ya que es un Parque Nacional rodeado por muchas de las más importantes estaciones de esquí de los Alpes. Pero también ofrece grandes posibilidades para la escalada en hielo invernal y bellas paredes aptas para la escalada en roca. Y todo ello en medio de un paisaje idílico.
No fue hasta 1964, cuando dos conocidos alpinistas franceses, Desmaison y Bertrand, abren la primera vía de dificultad en la cara NO de la Aguja de la Vanoises, dando a conocer así las posibilidades de esta zona. Sin embargo, muchos pensaban hasta hace poco tiempo que ésta era la única pared difícil del macizo. En realidad hay muchas otras y la más llamativa de todas es la pared NO de L’Epéna, cumbre vecina de la Grande Casse.
L’Epéna es una larga crestería que forman hacia el NO una monumental muralla de caliza compacta con una altura media de unos 700 metros y una anchura de más de 3 km. Casi desconocida incluso para muchos franceses, resulta ser la pared más grande en roca caliza de Francia, título que habían otorgado injustificadamente a la Norte del Vignemale desde siempre.
Cuando todas las grandes paredes de los Alpes estaban ya escaladas, La norte de L’Epéna seguía virgen y no registró la primera vía hasta muchos años más tarde, en parte por la ignorancia de su existencia, pero sobre todo por la dificultad de asegurarse en ella con los medios tradicionales. Efectivamente la roca en esta pared y en muchas otras de La Vanoise es muy compacta y presenta pocas fisuras donde colocar clavos o empotradores. Esta es una de las razones por las que no ha sido posible su escalada hasta que los medios modernos de protección (Spits o Parabols) han sido adoptados y aceptados ya por todos como un recurso valido cuando éste es bien utilizado con arreglo a una ética renovada.
La mitad occidental de la pared, donde esta presenta mayor verticalidad y continuidad, aún ha tenido que esperar más tiempo para ver la visita de los escaladores. La primera vía en este sector fue abierta en 1973 y la década de los 90 fue la época en la que se trazaron los mejores itinerarios:
Cara NO. Vía Bataille Nivale. MD . En 1989 por Pierre Chapoutot, Franck Lafon y Joël Mollet
Cara N. Vía In bocca al Lupo. MD 800 metros . En 1997 por Pierre Chapoutot, Matthieu Lacolle, Olivier Mansiot y Etenne Roi.
Cara N. Vía A toi l’ami. ED inf. En 1997 por Patrick Gabarrou y Laurent Bouvet.
Cara NO. Vía Zelix MD sup . En 1997 por Philippe Deslandes, James Mérel y Robert Scanu
En las cuatro vías citadas se utilizaron los spits y los parabols y es posible que sean las más recomendables de escalar, pero no tengo noticias de que ninguna de ellas haya sido repetida.
L’Epéna es sin duda la montaña más espectacular de La Vanoise en cuanto a objetivos de dificultad se refiere, pero existen muchas más paredes con rutas abiertas o por abrir igualmente interesantes. Los guías de la zona han abierto un buen número de vías nuevas y reequipado muchas de las antiguas bajo el moderno concepto de la dificultad y la seguridad. Es decir, seguros fijos de alta calidad colocados para proteger bien los pasos, pero para forzaros en libre muchas veces obligatoriamente. Es un poco el concepto de las “Vías Placer”, aunque a veces sobrepasan un poco este concepto y podrían ser calificadas de “Vías deportivas de largos en pared” (*). O sea, que casi pueden hacerse sólo con cintas exprés. Hay que tener en cuenta, para justificar esto, que la roca de La Vanoise da pocas posibilidades de asegurar con empotradores o friendo, por lo general.
Contrariamente a lo que sucede normalmente en otros macizos más conocidos, como el del Mont Blanc, en La Vanoise podemos escalar muchas interesantes ruta sin tener que hacer cola. Llevo ya algunos años visitando este macizo y he escalado unas cuantas de sus más clásicas vías disfrutando siempre de la soledad.
Para aquellos que les guste escalar en zonas poco frecuentadas puedo recomendarles tres de las mejores vías de la Vanoise a modo de introducción:
Aiguille de la Vanoise. Cara Norte. Vía Desmaison. MD (6a+).
La gran clásica del macizo. 320 metros de desnivel y un recorrido sinuoso de unos 400 metros que hace recordar un poco a la Rabadá-Navarro de la oeste del Naranjo. El viejo equipamiento ha sido renovado parcialmente hace ya algunos años, pero no es completo y es necesario llevar un buen juego de empotradotes y otra de friends. Cuidado con despistarse con las chapas de la vía “La fille aux yeux vertes”.
Abierta por Desmaison y Bertrand el 13 de junio de 1964.
Buena roca en general, pero hay que prestar atención en alguna zona de la última parte.
El descenso se hace por la cara sur en dos o tres rapeles desde la cumbre y después descendiendo por la ladera herbosa muy pendiente que recorre toda la base de la cara.
Aiguille de la Vanoise. Cara Norte. Vía Petit Paquier. MD (6a).
Una de las vías más bellas del macizo. A diferencia de la Grande Paquier, que se desarrolla más a la derecha en la misma pared y que es sensiblemente más difícil y expuesta, La Pequeña Paquier es una vía disfrutona.
Se trata de una antigua vía abierta por Paquier y Ollier recientemente equipada con parabols de 10 mm. La entrada y la salida originales no son nada recomendables y el itinerario que hoy se ha convertido en clásico es la combinación de entrar y salir por la vía “Electrochoc”. De este modo las dificultades de todo el recorrido son homogéneas.
Puede considerarse como una “Vía Placer” con reservas. Para que así fuera sobrarían algunos seguros en zonas donde si es posible colocar empotradores. No obstante, el itinerario es difícil de seguir en la primera parte y en las viras de la zona anterior al largo final de 6a, por eso conviene llevar un buen juego de empotradotes y friends (especialmente aliens) para asegurarse en los posibles despistes.
Petit Arcellin. Cara Sur. Vía Vion. MD sup (6b+).
Abierta en 1973 por J.P. Vion y R. Tomio y reéquipada recientemente por D. Eymard y la oficina de guías de Pralogna.
Otra de las vías más bonitas de la Vanoise. Algo más difíciles que las anteriores, pero totalmente equipada con parabols de 10 y 12 mm (una pasada). La roca es magnifica prácticamente en todo el recorrido. Pasajes muy variados y hermosos en un ambiente aéreo y espectacular que recuerda en la parte final a la escalada en Ordesa. Superrecomendable.
Se pasa de “Vía Placer” y entra casi ya en lo que podría ser “Vías deportivas de largos en pared”, pero conviene llevar un pequeño juego de friends con números pequeños y medios para acortar algún distanciamiento si se va un poco justo de nivel.
Arriba: panorámica subiendo desde Pralogna. Abajo en la vía Desmaison de la Aguja de la Vanoise.
Tres instántaneas escalando en la Petite Paquier de la cara norte de la Aguja de la Vanoise.
BIBLIOGRAFIA:
L’ Epéna. Montagne secrète de Vanoise . De Pierre Chapoutot (monográfico editado por el Grupo de Haute Montagne).
Le Topo de la Vanoise. De Philippe Deslandes y James Merel
(*) Creo que es importante distinguir entre “Vías deportivas de largos en pared” y “Vías Placer” puesto que son dos formas distintas de entender y practicar la escalada moderna. En un afán de limitar el riesgo en muchas vías clásicas y sobre todo en las modernas algunos escaladores optaron por un equipamiento deportivo al estilo del utilizado en las escuelas de escalada.
Este procedimiento, es a mi juicio, erróneo porque con ello se pierde mucho de la esencia del alpinismo. Hay que dejar que el que repita una vía en una pared grande tenga la oportunidad de desarrollar sus aptitudes a la hora de ir descubriendo el itinerario, algo imposible si tiene una línea de chapas marcándole el camino de abajo a arriba. Además, el uso correcto de los empotradotes y otros medios de protección móviles puede llegar a convertirse casi en un arte. Por eso, cuando una vía está equipada con lo justo para no pasar un miedo horrible (relevos bien equipados y seguros fijos de calidad en las placas imposibles de proteger de otro modo para evitar posibles vuelos que puedan acabar en tragedia) su escalada se convierte en puro placer. De ahí el término “Vía Placer” que ha sido adoptado por algunas comunidades de escaladores.
Ya casi nadie usa clavos en las vías abiertas. Todos sabemos el daño que hace en las fisuras este ejercicio repetido una y otra vez. Lo ideal sería escalar siempre en “Limpio”, dejando las paredes como las encontró el aperturista. Los que conocimos y entendimos aquella bonita filosofía que hacia furor por los años 70 y 80, divulgada por los escaladores californianos, no podemos comprender porque no tuvo más aceptación en nuestro entrono. Pero no todas las vías se prestan al uso exclusivo de los empotradotes y a casi nadie le gusta arriesgar el pellejo más allá de lo razonable.
Por otro lado, si una vía larga en pared, que puede ser protegida con seguros provisionales, está enteramente equipada deja de tener interés para muchos, pues su escalada se convierte en un mero ejercicio físico que si se repite con frecuencia puede conducir a la atrofia intelectual del escalador. Algunas comunidades de escaladores, administradores de Montañas protegidas por la ley de Parques y clubes conjuntamente han promulgado normas prohibiendo el uso del taladro e incluso de los clavos en ciertas zonas.
De cualquier modo existen muchas vías totalmente equipadas por una u otra razón y hay gente que disfruta de ellas a su manera. Estas vías son las que ha diferencia de las “Vías Placer” pueden ser llamadas “Vías deportivas de varios largos”.
Posiblemente lo mejor sería que cada cual abra sus vías y las equipe con arreglo a su filosofía. Y donde puede surgir la controversia, como es a la hora de equipar las vías clásicas o modernas abiertas por otros, se hace imperativo consultar con sus autores siempre que sea posible.
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